El PRI está de pie pero su salud se carcome poco a poco. Su dirigente nacional, Alejandro “Alito” Moreno, enfrenta desde ayer la petición formal para su desafuero en la Cámara de Diputados que, de concretarse, lo dejaría a expensas de la investigación que le sigue la Fiscalía de Campeche por enriquecimiento ilícito.

Horas antes de que Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva de esa Cámara, admitiera la solicitud, “Alito” vivió un vacío previo: Morena y sus aliados se ausentaron por cuarta ocasión de la sesión de la Comisión de Gobernación a la que convocó como presidente, al desconocer su autoridad en la misma.

Por la noche, la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, remató la jornada con la difusión de otro audio, en el "Martes de Jaguar" ´–realizado desde su casa– y que se suma a la serie, en la que se le escucha al líder priista "operar" supuestos actos de corrupción.

Si bien el tricolor enfrenta tal panorama a nivel nacional, en la capital del país el indicador de la crisis de ese partido se refleja en el nivel de preferencia que se fue a pique hasta bajar seis puntos de lo que era en abril.