José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del presidente Andrés Manuel López Obrador, respondió a través de un comunicado a los reportes de prensa que sugieren que él y su esposa, Carolyn Adams, pudieron incurrir en un conflicto de interés al rentar una casa en Houston a un contratista de Petróleos Mexicanos, lo que a su vez levantó más sospechas de la existencia de conflictos de interés ahora con un empresario del sector turismo.

López Beltrán dijo en una respuesta por escrito publicada en Twitter que no tiene ninguna relación con el gobierno de México, tampoco con Baker Hughes, la empresa de servicios petroleros donde trabajó como alto ejecutivo Keith Schilling, el propietario de la casa en cuestión.

“Soy un ciudadano privado y no tengo injerencia alguna en el gobierno de México”, dijo López Beltrán en una publicación difundida en su cuenta de la red social Twitter. “Mis ingresos provienen al 100% de mi trabajo en Houston. No hubo, ni habrá conflicto de interés”.

Muchos acusan a López Beltrán de enriquecerse sin siquiera trabajar, por lo que dijo por primera ocasión que en la actualidad labora como asesor legal en Houston para la empresa KEI Partners.

KEI Partners es una compañía que se describe como responsable de crear proyectos “que sepan cómo atender a los huéspedes en la industria hotelera de lujo”. Fue fundada por Karla Wiedemann, Érika Chávez e Iván Chávez, los dos últimos hijos de Daniel Chávez Morán, dueño de Grupo Vidanta, un conglomerado de empresas de servicios relacionados con el turismo.

KEI Partners, cuya página de internet aparentemente fue creada el fin de semana --de acuerdo con algunas fechas de captura de pantalla reveladas en el código fuente--, también es la empresa que permitió que José Ramón obtuviera la visa de trabajo que le permitie vivir en Estados Unidos.

Un reportaje elaborado por el portal Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y difundido en asociación con el portal Latinus reveló que entre agosto de 2019 y el momento que Schilling dejó a Baker Hughes, que fue en enero de 2020, la empresa de servicios petroleros estadounidense, con sede en Houston, Texas, recibió asignaciones por parte de Pemex por 194 millones de dólares; exactamente al mismo tiempo que el hijo del presidente López Obrador ocupó y rento la residencia propiedad del ejecutivo de la compañía estadounidense.

“En el año 2018, tome la decisión de seguir ejerciendo mi profesión de abogado, hasta que decidimos en familia mudarnos a los Estados Unidos”, agregó López Beltrán. “En la actualidad y desde el año 2020 trabajo como asesor legal de desarrollo y construcción para KEI Partners https://www.keipartners.com, una empresa privada en Houston a través de la cual recibí mi visa de trabajo”.

Por su parte, Carolyn Adams, la esposa de López Beltrán, dijo que fue ella quien rentó la casa de Houston por un periodo de un año, mientras el hijo del presidente obtenía su visa de trabajo y agregó que aunque trabajó en México en el sector energético con la empresa privada Cava Energy, nunca tuvo relación ni con Baker Hughes ni con alguno de sus ejecutivos.

“Tenemos a nuestra disposición todas las pruebas y estamos dispuestos a entregarlas a las autoridades correspondientes, para que ellos cuando crean conveniente y oportuno puedan o no revelar públicamente la información”, escribió Adams, en una publicación difundida en la red social Twitter. “Nosotros no podemos, no queremos y ni vamos a exponer la privacidad de otras personas como lo están haciendo con nosotros, poniendo en riesgo nuestra seguridad y la de nuestros hijos)”.

El presidente López Obrador confirmó que la firma KEI Partners, donde labora su hijo, es propiedad de Érika Chávez e Iván Chávez, los hijos del empresario Daniel Chávez, dueño de Vidanta.

Chávez colabora con López Obrador como supervisor “honorífico” de las obras del Tren Maya, una de las grandes apuestas de la Federación en materia de infraestructura. El presidente de México asegura que el empresario trabaja sin cobrar ni tener relación de negocios, al igual que los hijos de ambos y aseguró que el reportaje de MCCI y Latinus solo pretende desprestigiar a su administración.

“No tiene ningún negocio con el gobierno federal, no hay ningún problema de interés, es de los empresarios que nos ayudan porque quiere apoyar en el caso del Tren Maya para concluirlo”, dijo el mandatario en su evento de todas las mañanas. “José Ramón está trabajando en Estados Unidos, su esposa lo mismo, no tienen nada que ver con Pemex ni con ninguna empresa vinculada al gobierno, pero el asunto no es de conflicto de intereses el asunto es golpear”, dijo López Obrador.

Claro que a ojos de buena parte de la opinión pública y opositores las razones que detallaron José Ramón y su padre, más que explicar el por qué no supone un conflicto de interés el rentar una casa a un ejecutivo de Baker Hughes, dan indicios de un potencial segundo caso de conflicto de interés.

Xóchitl Gálvez, senadora por el Partido Acción Nacional (PAN), dijo que la explicación hunde más al presidente y a su hijo por el vínculo de Chávez con una mega obra que se espera beneficie al turismo en una región donde Vidanta tiene presencia.

“La casa gris sigue siendo la clave del conflicto de interés”, dijo por su parte en un mensaje por video. “Pareciera que a este gobierno le urge un curso para entender lo que es el conflicto de interés”.

Además de hacer pensar que la revelación de quién es el empleador debe ser investigada otros consideran que el modo de vida del hijo mayor del presidente es un golpe al discurso de austeridad de López Obrador, a sus críticas a la frivolidad incluso de la clase media y sobre todo al influyentismo.

La analista política Viridiana Ríos considera además que López Beltrán vive del capital tangible e intangible de su padre, al tiempo que incurre en los mismos modos de hacer negocios en México de siempre.

“El junior puede tener sueldo de abogado solo por conocer a los amigos del papa (i.e. asesores del #TrenMaya) que abren empresas de repente ( #KEIPartners) para emplear a sus hijos y a los amigos de sus hijos”, escribió Ríos en su cuenta de Twitter. “Por eso en México el éxito se hereda como si fuera genético. Un escándalo. Una ofensa a los que no somos hijos de nadie famoso”.




Fuente: sentidocomun.com.mx