“Hoy en día las banderas de los países son sólo trapos que cubren mercaderías”: Jodorowsky. Por industria electoral no me refiero a las empresas encuestadoras, a las que elaboran publicidad o producen artículos de propaganda diversos. Me refiero al conjunto de mañas y habilidades que despliegan los políticos, a través de los partidos o de los cargos públicos que ostentan, para ganar las elecciones. Aquí y en todo el mundo, ya en el filo de la legalidad o en su flagrancia.

Estrategias no siempre visibles para asegurar el voto cautivo, acciones de golpeteo para minar la fuerza del adversario, de conseguir dinero más allá de los topes y subsidios establecidos por la autoridad electoral. Esa industria electoral que no descansa, siguiendo su propia inercia, tomando aceleración con la declaratoria de inicio del año electoral. Todos lo sabemos, los políticos día y noche piensan en las elecciones. Industria frente a la cual la estructura jurídico electoral contiene pero no detiene, pues es un dique con fisuras o compuertas con la función de encauzar el proceso electoral en los límites de la civilidad, esto es, que no haya muertos. Cuando eso ocurre las alarmas se encienden. Por eso, trasponiendo la narco historia de los “Guerreros Unidos” y “Los Rojos”, Iguala es advertencia. Lo que ocurrió el 26 y 27 de septiembre de 2014 no se circunscribe a una confrontación entre bandas criminales. La motivación o móvil de sucesos infaustos todavía no se expone, falta un relato que no apareció en el informe final ofrecido por la PGR el martes 27 de enero recién. El tramo del relato que falta completará y dará sentido a la investigación en su conjunto ¿cuándo se soltará? Antes del inicio de las campañas del 2015, una semana antes de las elecciones o una vez que se haya dado por concluido el año electoral. Esto último resultaría mejor por prudencia. En la hipótesis de un relato faltante, que nos hable de un crimen motivado –en la disputa adelantada- por la presidencia municipal de Iguala, entre la esposa de José Luis Abarca y el hermano de Lázaro Mazón. Una revelación de esta naturaleza informaría la decantación criminal de la industria electoral, capaz de reventar o hacer fisuras al dique formado por la estructura jurídico electoral. No es cosa menor. Mientras tanto, es clave la oportuna anticipación que evite sucesos similares dentro del año electoral en curso. Con otras actuaciones, el escenario se podía repetir en otra localidad como en…Iztapalapa, por ejemplo. Salud y larga vida y luchar para vivir. @profesor_F