El hallazgo de 51 personas muertas, entre ellas 27 mexicanos, en un tráiler en San Antonio, Texas, hizo ver –una vez más– la urgencia de acciones regionales frente al desbordamiento de la crisis migratoria.

La tragedia se convirtió en el preámbulo del segundo encuentro entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y su homólogo estadounidense, Joe Biden, programado para el 12 de julio en Washington, poniendo a la migración como una de las prioridades en la agenda bilateral.

En México, el fiscal general Alejandro Gertz Manero abrió una investigación y se trasladó a Texas para averiguar si las muertes tienen relación con hechos ocurridos en el país, mientras que el embajador de EU en México, Ken Salazar, dijo que la tragedia es una llamado a los líderes para ?resolver el tráfico ilegal de personas y crear un marco de migración legal en la región.

Mientras el luto volvió a cubrir a las familias, el Instituto Nacional de Migración inició los trabajos para repatriar los cuerpos de los mexicanos.