De acuerdo con analistas del Fondo Monetario Internacional en su última actualización trimestral de pronósticos del World Economic Outlook (WEO), los brotes de covid-19 en los “eslabones críticos” de las cadenas de suministro alrededor del mundo han provocado interrupciones más prolongadas de lo esperado que explican la inflación presente en diversos países.

La recuperación de la economía global respecto de la caída sufrida en 2020 parece estar garantizada, no obstante, el impulso previsto a mediados de año resultó debilitado a causa de los efectos que aún provoca la pandemia de SARS-CoV-2, en particular la contagiosa variante Delta, lo que ha repercutido en las perspectivas de crecimiento.

Aunado a los contratiempos en las cadenas de suministro y la inflación, las economías de países emergentes y en desarrollo deben batallar con menos políticas de apoyo al enfrentar condiciones financieras más estrictas que los países de economías avanzadas.

“La proyección de crecimiento global para 2021 se ha revisado a la baja marginalmente”, escribió Gita Gopinath, consejera económica y directora del departamento de estudios del FMI, en el documento de perspectivas correspondiente a octubre. “Esta modesta revisión global enmascara las fuertes rebajas de las previsiones en algunos países. Las perspectivas para el grupo de países en desarrollo de bajos ingresos se han ensombrecido considerablemente debido al empeoramiento de la dinámica de la pandemia”.

El organismo internacional redujo su estimado para el crecimiento de la economía global para 2021 de 6.0 a 5.9%, al tiempo que mantuvieron su pronóstico para el crecimiento del producto interno bruto (PIB) mundial en 2022 de 4.9%.

Para las economías avanzadas la perspectiva en el corto plazo también luce más compleja que hace unos meses, principalmente a causa de las interrupciones de suministro que no solo ocurren por los brotes de covid-19, sino por alteración climática, lo que provocado que el incremento de la demanda que estuvo reprimida en los primeros meses de pandemia se combine con escasez de oferta, resultando en inflación en países como Estados Unidos, el principal socio comercial de México.

El Fondo calificó de prioridad urgente frenar el aumento de la temperatura mundial y contener los efectos nocivos del cambio climático, con estrategias como el establecimiento de un precio mínimo internacional del carbono, compromisos “más sólidos” de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, impulso a la inversión pública verde y subsidios a la investigación.

Los economistas del FMI bajaron su estimado de avance del PIB estadounidense en 2021 de 7.0 a 6.0%, al tiempo que para el año entrante la mejoraron de 4.9 a 5.2%.

En cuanto a México, los analistas del Fondo hicieron un ajuste a la baja en los pronósticos de este año y el siguiente. El organismo internacional prevé que la economía local crezca a una tasa de 6.2% en 2021 y de 4.0% en 2022, lo que implica reducciones de 0.1 y 0.2 puntos porcentuales, respectivamente, frente a los pronósticos de julio.

El organismo internacional aceptó en conferencia sobre el documento que el retroceso en materia energética del país respecto la apertura establecida en la administración federal previa genera incertidumbre para la inversión y podría afectar el desarrollo de la actividad productiva.

El Fondo se dijo preocupado por la divergencia en las perspectivas económicas entre países desarrollados y en desarrollo, ya que para los primeros espera que recuperen su tendencia prepandémica el próximo año y la superen dos años después, mientras que para los países emergentes y en desarrollo aún se mantenga 5.5% por debajo del escenario previo a la pandemia.

Para el fondo, la diferencia que implica una mejor recuperación radica en la vacunación.

“Estas divergencias económicas son consecuencia de la enorme disparidad en el acceso a las vacunas y las políticas de apoyo. Mientras que casi 60% de la población de las economías avanzadas ya está completamente vacunada --incluso se están administrando dosis de refuerzo--, aproximadamente 96% de la población de los países de bajo ingreso sigue sin vacunar”, dijo el FMI, en su reporte.

En ese sentido, el Fondo dijo que los países desarrollados (principalmente los pertenecientes al G20) están ahora más obligados a cumplir con sus compromisos de donación a Covax, una iniciativa de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas que buscaba un acceso equitativo entre países a las vacunas contra la covid-19.

De igual forma los fabricantes de vacunas deben priorizar la entrega de unidades a Covax y los países deben eliminar las restricciones comerciales al flujo de las mismas, así como de sus insumos.

“De cara al futuro, los fabricantes de vacunas y los países de ingreso alto deben respaldar la expansión de la producción regional de vacunas de la covid?19 en los países en desarrollo, a través de soluciones de financiamiento y transferencia de tecnología”, señaló Gopinath.

El organismo llamó la atención sobre la política monetaria, que debe estar atenta a las condiciones globales y particulares de cada país para conservar su credibilidad, a la vez que respalda la recuperación; y la fiscal, que con una actividad productiva no recuperada y deuda en máximos históricos debe cimentarse en marcos de mediano plazo creíbles y medidas de ingreso y gasto viables.

Sobre la economía de China --la segunda más grande del mundo-- el FMI estima que crecerá 8.0% en 2021 y 5.6% en 2022, lo que implica un descenso de 0.1 puntos porcentuales para cada año, frente a los pronósticos previos.

Por último, el FMI resaltó riesgos particulares como el endeudamiento de Estados Unidos, el sector inmobiliario de China y las tensiones comerciales y tecnológicas entre las dos mayores economías del mundo.

No obstante la pandemia, que “no habrá terminado en ningún sitio hasta que haya acabado en todas partes”, aún es el principal y podría restar al PIB mundial 5.3 billones de dólares en los próximos cinco años si la situación no mejora.