ARTISTAS Y POLÍTICOS LAMENTAN LA MUERTE DEL DIVO DE JUÁREZ, JUAN GABRIEL
Por Agencias, 28/08/2016 15:19
“Su música, un legado para el mundo. Se ha ido muy pronto. Que descanse en Paz”, escribió en su cuenta de twitter el Presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Juan Gabriel nació en Parácuaro, Michoacán, el día 7 de enero de 1950, en la calle 5 de mayo (hoy calle Juan Gabriel); es hijo de los campesinos Gabriel Aguilera Rodríguez y Victoria Valadez Rojas. Fue el menor de un total de 10 hermanos: Rosa, quien murió casi recién nacida; Virginia, su única y consentida hermana; José Guadalupe, Gabriel, Pablo, Miguel (ya fallecido) y tres Rafaeles, que también murieron.
Alberto tendría tres meses de nacido cuando su padre quemó un pastizal en Parácuaro, con la intención de volver a sembrar posteriormente en el mismo terreno; sin embargo, problemas con el viento provocaron que el fuego comenzara a invadir otras propiedades, por lo que, teniendo un padecimiento nervioso y angustiado por los problemas que este suceso le acarrearía, se dirigió al afluente de un río donde se arrojó, entró posteriormente en estado de shock y enfermó irremediablemente. Don Gabriel tuvo que ser internado en el nosocomio de La Castañeda, en la Ciudad de México. Algunos testigos cuentan que ahí murió, y otros más, que se escapó. Este hecho inspiraría posteriormente a Juan Gabriel para escribir la canción «De sol a sol».[
Tiempo después su madre tuvo problemas con sus cuñados, por lo que se fue del pueblo rumbo a Apatzingán, luego a Morelia y finalmente a Ciudad Juárez (Chihuahua), donde Alberto creció. Allí la esperaba María Romero Mora, quien fue patrona de la abuela del artista. La señora Romero les permitió hospedarse en un pequeño cuarto de la casa.
Cuatro años después, con tan solo 5 años de edad, Alberto ingresó como interno a la escuela de mejoramiento social para menores “El Tribunal” (en lo que es hoy el Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez), donde permaneció ocho años, situación determinante en su vida, alejado de su madre y en un mundo desconocido para él; tuvo que aprender a madurar desde temprana edad. En esta institución conoció a la directora Micaela Alvarado, y a Juan Contreras, maestro de hojalatería, quien le enseñó a trabajar y a desarrollar su sentido de observación. Alberto siempre lo vio como un padre, maestro y amigo; desde ese momento se convertiría en su protector. Este hombre enseñó a Alberto a ganarse la vida; aunque quizás el legado más grande fue el enseñarle los amplios conocimientos de música que poseía, así como a tocar la guitarra, en la que Juan Gabriel a los 13 años compondría su primera canción, «La muerte del palomo». En recuerdo de este personaje y combinándolo con el de su padre, adoptaría años después su nombre artístico, Juan Gabriel.
Después de años de aprendizaje en el Centro de Mejoramiento y de vivir con la constante ausencia de su madre, a la que solo veía algunos fines de semana, Juan Gabriel decide escapar, cuando cumplió 13 años. Aprovechando que él era encargado de tirar la basura de la escuela, se fue para nunca volver. Al salir de este lugar vivió un tiempo con don Juan Contreras, y se dedicaron a vender en la calle artesanías de madera, mimbre y hojalata que ambos fabricaban, y cuando cumplió 14 años regresó con su mamá y su hermana para dedicarse a la venta de burritos (comida tradicional) en Ciudad Juárez, para más tarde ir a buscar una oportunidad a diferentes ciudades.
Sus inicios en la música
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El joven Alberto ansiaba que la gente lo escuchara y así él pudiera mostrar sus canciones, que ya eran más de 100 en aquel entonces. Así viajó a Tijuana, Ensenada, Rosarito, incluso a Lake Elsinore, California, donde Alberto no tuvo éxito, para demostrar todo lo que llevaba en su interior. Años más tarde, volvió a Tijuana para tener la oportunidad de trabajar en el bar Nic Teja, donde se encontró con San Sussie, una amiga argentina que conoció en Cd. Juárez. En ese lugar conoció a José Alfredo Jiménez y a Alicia Juárez. Juntos vieron actuar a Grace Renat. Tiempo después regresó a Cd. Juárez, donde tuvo por fin la oportunidad de trabajar en el bar Noa Noa, de David Bencuomo, quien le brindó su apoyo y le dio la oportunidad de cantar acompañado por los Prisioneros del Ritmo, cantando canciones propias y de otros autores.
Juan Gabriel, que en aquel entonces usaba el nombre artístico de Adán Luna, se ganó el reconocimiento del público local. Viajó a la Ciudad de México, donde obtuvo la oportunidad de hacer coros para artistas como Angélica María, Leo Dan y Roberto Jordan dentro de la RCA. Estando en la disquera considerada la catedral del disco, se encontró nuevamente con José Alfredo Jiménez.
Regresó a Cd. Juárez para trabajar una temporada en el Centro Nocturno Malibú, donde ganaba cada noche 20 dólares. Con la ayuda de la señora McCulley, quien financiaba sus viajes, regresó a la Ciudad de México; en esta ocasión en búsqueda de una discográfica, fue acusado falsamente de robo y, debido a su edad, recluido en la Penitenciaria de Lecumberri. Desde ese lugar le escribía cartas a su madre. Después de 18 meses consigue la libertad, ayudado por la cantante Enriqueta Jiménez, quién abogó por él ante el director del penal, quien accedió a una revisión de su caso; al no haber pruebas fehacientes de su culpa, salió libre. Fue precisamente "La Prieta Linda" la primera artista que grabó un tema de la autoría de Alberto Aguilera, «Noche a noche».
Fue llevado ante el director de la RCA, quien lo escuchó y envió con Eduardo Magallanes y Enrique Okamura, quienes le hicieron las primeras pruebas y le extendieron su primer contrato profesional para iniciar la que sería su primera producción discográfica.