EXPOSICIÓN COLECTIVA "AUSPICIOS"
Por Redacciòn, 03/05/2016 09:17
Escrito de Nayura Aragón Herranz a su padre Mtro. Luis Y. Aragón.
Cuando se trata de hablar acerca del Maestro Luis Y. Aragón…podremos coincidir en que nos referimos a un Creador Magistral… a un Eterno Repartidor de Símbolos.
Yo, como su más acérrima para admiradora, me quedo corta de palabras para describir su arte, su obra…Tal vez porque para mí siempre ha sido un gigante, un alquimista, un genio, un poeta, un misterio…y me monto en las orillas de su frecuencia para captarlo en una dimensión en la que no hay palabras, más allá de los símbolos…
Las personas que conocen al Maestro Luis Y. Aragón pueden tener una idea, justa o abstracta, de quién es él…
Afortunadamente, para mí, no puedo separar al Maestro del Padre…es la misma palabra, el mismo ser…Ese misterioso, sabio hombre, que se comunica con los Arcángeles; con sus Arcángeles…tal vez con los mismos que lo crearon a él…y que le dictan agorerías, códigos, símbolos, insignias; que son interpretados por sus propios exegetas…
Quienes lo han tratado habrán tenido la dicha de ser salpicados por notas de los Hititas, o de Maimónides y Akenatón…o de Fenicios y Arameos…o de Caldeos y Etruscos…con este ser que, por la tierra, tal vez se amputó las alas para poder acercarse, muy de lejos, a los confines de lo habitual; de lo común…y así poder departir con nosotros alrededor de una mesa, por lo regular cercana al departamento de abarrotes, en donde el Maestro comparte un desayuno…o media orden de desayuno…
A lo largo de mi vida me han preguntado que se siente tener un padre como Luis Y. Aragón…Una gran aventura que me enorgullece, que no concibo de otro forma…
Por supuesto nunca escuché de mi maestro-padre, o mi padre-maestro un “arrurú nene”…Cuando tuve uso de razón supe que esas palabras no existían en su vocabulario…y más tarde comprendí que mis noches de insomnios, tal vez se debían a los arrullos con el Corrido de Román Castillo…o la versión de Cristobalón desnudo lleno de lenguas celestes, en notas aletargadas…
Aprendí desde muy chica que la vida surgió en Chihuahua, en el Río Papigochi…y que desciendo de cuatro abuelas medio brujas y medio santas…Y que la muerte es esa rigurosa señora tan blanca, más que la nieve fría, que entra por puertas cerradas, ventanas y celosías…que se confunde con los amantes…y que, a veces, concede una hora más de vida…
En los cuentos de mi niñez no figuraban princesas, ni príncipes azules…Y la caperucita no era acosada por un lobo, sino por una loba vieja, patituerta, cana y parda, que tenía los colmillos como puntas de navajas; perpetuamente perseguida por siete cachorros era aquel que edificó Chindasvinto a veinte leguas de Pinto y a treinta de Marmolejo…Y yo habitaba el Castillo de mi padre, que asemejaba al de Nabudoconosor…
Un palacio en donde mis juguetes eran sus amalgamados de plastilina; entre alambres, pinceles, papeles, dibujos, escritos, lienzos, espátulas, cinceles.
Supongo que por lo mismo, nunca tuve la fantasía de ser una princesa; aunque debo reconocer que tampoco soñé con ser Andrómeda o María Yepachi…
Pero he seguido y seguiré los pasos y enseñanzas de mi padre-maestro…de mi maestro-padre…como un pájaro sin brújula que sobrevuela un desierto en busca de espejismos inductores y visionarios para pintar o construir…
Gracias Padre. Te amo.
HASTA EL DÍA ?31 DE MAYO.
Horarios del museo Poliforum:
Lunes a viernes de 9:00am a 6:00pm.
Sin costo.