Como era de esperarse, la pretensión del general Salvador Cienfuegos, de enfrentar en libertad los delitos relacionados con narcotráfico que le imputa la Fiscalía de Nueva York, no prosperó ni con los 750,000 dólares de por medio que ofreció como garantía de que se presentaría a las audiencias,

ni con el argumento de que es población de riesgo por COVID-19 por ser mayor de 70 años.

El juez MacKinnon firmará la orden de traslado a Nueva York, donde el extitular de la Defensa Nacional de Enrique Peña Nieto deberá enfrentar el juicio por supuestamente ayudar a proteger al cártel de Juan Francisco Patrón, alias el 'H-2'.

Pero la historia de Cienfuegos se cruza con la del exfiscal de Nayarit, Édgar Veytia, sentenciado a 20 años de prisión tras declararse culpable de conspiración por proteger… sí, al mismo cártel del 'H-2', que tenía su sede en Nayarit y a través del cual se fabricaban distintas drogas que se introducían a Estados Unidos.

En los años en los que ocurrió esto, el gobernador de Nayarit era Roberto Sandoval, quien jura que él no sabía de las actividades de su fiscal y que no está involucrado. El periodista Daniel Lizárraga entrevistó en exclusiva a Sandoval, en un texto en el que cuenta cómo el Ejército acataba la voluntad del exfiscal, quien —entre otras cosas— se dedicaba a despojar de inmuebles a la gente para que sirvieran como escondite a los narcotraficantes de su estado.