Por una o por otra razón, todos hemos oído hablar de la escuela Normal de Saucillo, una de las pocas Normales Rurales que quedan, después del movimiento del 68 que las redujeron a la mitad de las existentes anteriormente.

Como no, si ha sido semillero de grandes hombres y mujeres, una fuente de dirigentes de movimientos populares comprometidos con el pueblo ya que sus egresados cuentan con una gran formación política, y ahí donde pocos quieren ir a educar, en los rincones más apartados de las áreas urbanas y de las áreas rurales, ellos van a llevar la educación que tanto necesita nuestro pueblo. Dentro de las reformas estructurales, la reforma educativa que es más que nada en materia laboral para los docentes, no ha servido más que para provocar conflictos en aquellos lugares del país donde los maestros han decidido enfrentar la lucha política y social en la búsqueda del respeto a sus derechos. Pero esta escuela, fundada en 1910, y con una gran trayectoria educativa, se encuentra una vez más, pasando por uno de sus momentos más críticos al estar en un conflicto estudiantil que no es tan grave como la intervención que están haciendo las autoridades educativas del estado que han pretendido solucionar el problema con amenazas, incumpliendo los acuerdos generados en las reuniones en búsqueda de alguna negociación. La educación es un mandato constitucional y debe ser gratuita, laica y obligatoria, así como democrática, considerando la democracia como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico social y cultural del pueblo, nacional en cuanto a que sin hostilidades ni exclusivismos atenderá a la comprensión de nuestros problemas, aprovechamiento de nuestros recursos, defensa de nuestra independencia política y aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad de acrecentamiento de nuestra cultura, así como en igualdad de derechos evitando privilegios de razas, religión, grupos, sexo o de individuos. ¡Mandato Constitucional!, a través del artículo tercero de nuestra Carta Magna. Pero además, las alumnas que mantienen una protesta demandando un pliego petitorio que en su mayoría refiere a mejoras tanto en el renglón educativo como en el entorno necesario para contar con los elementos adecuados para facilitar el aspecto educativo, están en la disposición de negociar con las autoridades educativas. ¿No será que el estado sigue en la tónica del proyecto de globalización que incluye la privatización de la educación?, ¿no será que intentan desgastar poco a poco a las y los alumnos de las normales rurales presionando con el perverso fin de cerrar esta normal rural? Lo peor que nos puede pasar, es que continúen cerrándose escuelas. Durante el gobierno de Francisco Barrio y por una situación semejante, cerraron la Escuela Superior de Agricultura “Hermanos Escobar”, también con un conflicto. Organizaciones nacionales han expresado su apoyo al fortalecimiento de las Normales Rurales estableciendo que, según su apreciación, existe un proyecto nacional para desaparecer estas instituciones. De ninguna manera podemos esperar que sea positivo el cierre de una institución educativa de la talla de las Normales Rurales, al contrario, necesitamos más centros de este tipo y continuaremos apoyando a quienes tienen dentro de sus proyectos la construcción de una mejor sociedad a través de la educación. Esperamos que el Gobernador del Estado y las Autoridades educativas, reflexionen. Su deber es solucionar el conflicto, no prolongarlo, y la forma de hacerlo es aterrizando los puntos solicitados a través del dialogo, analizando el pliego petitorio de los inconformes y negociando los puntos para llegar a acuerdos. La recomendación de la UNESCO, es que el estado designe cuando menos el 8% del presupuesto para educación, cuando eso suceda y verdaderamente se aplique en los renglones educativos, podremos ver hacia el horizonte que viene un mejor país para nuestros hijos. Correo: [email protected]